EL ÁRBOL DE MAGNOLIAS

Es curioso que ciertas cosas las comprendemos con el pasar del tiempo, así me hizo entender el árbol de magnolias, verán, es una de las especies más exquisitas de la existencia vegetal floral y las hay en todas su formas, tamaños y colores.

Existe cierta particularidad en las flores de cada especie y en los árboles hay una magia trascendental que los distingue; El árbol de magnolias tiene alrededor de 120 especies en el mundo, pueden llegar a medir hasta 35 metros de altura algunas de ellas y florecer dos veces al año.

Lo particular de este árbol, que me causa nostalgia y me llena de asombro, es saber que sigue transformándose con el pasar del tiempo y sus estaciones. De un día para otro se convierte en un árbol verde y sombreado, pero al llegar el otoño se transforma en amarillo resplandeciente, su invierno es la época más vulnerable, ya que pierde todas sus hojas sin el más mínimo de los estremecimientos, porque sabe que su fuerza está en sus raíces.

En primavera regresa sorpresivamente, con esos botones tan majestuosos y su florecer palpitante haciendo que cada hoja se estremezca con cada rayo de sol, y aunque sus flores duren tan poco, su valentía y exuberante belleza no se pierde de vista jamás.

Vivir junto a este ejemplar, me enseña silenciosamente que el disfrute y el florecimiento son solo un instante, que es más lo que tardamos en aprender, crecer, ser fuertes, que el florecer se convierte en algo efímero, que en su renacer no te das cuenta hasta que tienes los botones en tus narices.

La vida es como ese árbol de magnolias, nos enseña a través de los cambios, lo colorido, lo frondoso, la calidez y también sobre el frío, la tormenta y la desnudez, a prevalecer quieto en la calma de la tempestad del invierno, solo así el árbol será consciente de su fuerza natural y su auto voluntad para florecer una y otra vez.

Confía en tí, confía en tus raíces.